El sector de la automoción está en uno de esos momentos críticos en los que se cambia de paradigma. Hay varios cambios que están cerca de producirse. Uno de ellos son los vehículos eléctricos, pero no es el único. También está en fase de ser una realidad ver en las carreteras el coche autónomo. Pero, ¿tienen realmente un buen futuro?

Pues lo cierto es que todo apunta a que sí. Eso sí, falta mucho por avanzar y regular, ya que existen lagunas importantes… Pero, lo que está realmente claro es que los avances tecnológicos van por el buen camino para que el coche autónomo no sea algo únicamente de película.

El coche autónomo ya no es una quimera

Desde hace años se viene trabajando para conseguir que el coche autónomo sea una realidad, pero los avances que se están dando -pese a ser importantes- se enfrentan a realidades que son complejas. Estas hacen que personajes como Elon Musk no vean el momento de poner en sus Tesla los kits que permiten que los usuarios puedan realizar un trayecto sin tener que tocar el volante o los pedales para nada.

Una buena visión de futuro que podría solventar muchos problemas en la actualidad, pero no todos como es lógico pensar. El caso, es que el desarrollo de sensores integrados en los coches (como por ejemplo cámara de alta precisión y aquellos que detectan el movimiento), permiten avanzar en la conducción autónoma. Pero no logran ser la solución definitiva para que las entidades gubernamentales se decidan a explorar este campo con decisión -más allá de dar permisos para realizar pruebas-. Falta algo.

Inteligencia Artificial: esencial para la llegada del coche autónomo

Este es otro concepto que desde hace tiempo que se habla de él y, por ello, los usuarios ya lo tratan como algo habitual y que no desconocen -con el consiguiente respeto que esto genera-. Su inclusión en dispositivos menores como teléfonos móviles o las propias Smart TV hacen que el empleo del aprendizaje profundo no sea algo que cause rechazo. Todo lo contrario.

Pero en el caso del coche autónomo estamos ante una implementación de la Inteligencia Artificial muy superior. Esta no se encargaría de mejorar una foto que se ha hecho (o establecer la mejor configuración del smartphone para conseguirla) o ajustar los parámetros del televisor para que se vea lo mejor posible. No. Aquí hablamos de dar uso a esta tecnología para tomar decisiones críticas, y por este motivo existen todavía dudas.

Y todo esto es tan entendible como que, hoy en día, es la única forma de conseguir que la conducción autónoma sea una realidad. Es decir, que es la pescadilla que se muerde la cola, al menos por el momento.

Los problemas que existen hoy en día

Pues pese a todas las virtudes que tiene la Inteligencia Artificial, que no tiene problemas de potencia de trabajo, ya que existe hardware que ofrece este soporte de forma muy efectiva, hay algunos detalles que no acaban de convencer en el uso de esta en el coche autónomo. Y esto es así, pese a que los estudios hablan de una eficacia de uso por encima del 90%. Pero esto es poco teniendo en cuenta de que hablamos de posibles accidentes.

Un ejemplo claro es la ética que emplear por parte de la IA en el caso de tener que elegir entre la vida del pasajero o de un animal -u otra persona que está cruzando-. No son pocos los que dicen que una máquina no puede dirimir eso, y que es muy peligroso. Otros dicen que todo es cuestión de probabilidad. Es complejo, pero por el momento no hay una decisión global clara (pese a que personajes como Elon Musk lo tiene cristalino: la máquina hará siempre lo mejor). Pero, esto, es tan complicado como dudoso… y, por ahí, es donde están los problemas.

Lo positivo que llega con el coche autónomo

Lo cierto es que son bastantes cosas, y muchas de ellas importantes. Sin ir más lejos, la cantidad de accidentes por descuidos o infracciones de las normas de circulación se reducirían de forma drástica. Una vez que existe la tecnología para detectar las señales de tráfico y las líneas de las carreteras (por poner un ejemplo), es claro entender que se aumentaría de forma muy importante el respeto por los códigos de circulación.

Además, se darían nuevos patrones en el transporte, que sería más eficiente y sostenible. De esta forma, el mundo del taxi se vería afectado de forma muy importante debido a que se optimizaría su funcionamiento en la carretera (con rutas siempre cortas, por ejemplo). Además, llevar de un lado a otro mercancías podría ser algo mucho más preciso, ya que apenas habría retrasos sobre las estimaciones que se tiene a la hora de la llegada de un camión.

Y esto deja claro que habrá muchas profesiones que tendrán que reciclarse con la llegada del coche autónomo -y conectado, porque esto será esencial-. Otros ejemplos claros son las autoescuelas; los talleres; todo lo que tiene que ver con la hostelería en la carretera; e, incluso, habrá una forma distinta de entender de gasolineras actuales.

Sí, hay futuro… pero hay matices

Poco a poco se irán superando todo lo que hemos comentado y que ahora mismo es negativo, ya que la apuesta por el coche autónomo es decidida por todos los sectores implicados (desde los fabricantes de vehículos hasta los que desarrollan Inteligencia Artificial). Por lo tanto, pese a las dudas existentes, en el futuro ir jugando al ajedrez mientras se va a Valencia en coche se podrá hacer sin problema alguno. ¿El motivo? Ya no tendrás que conducir.

Por cierto, un pequeño apunte final: los datos que se generen con el uso de coches autónomos habrá que tratarlos con cuidado, ya que la privacidad de las personas podría estar comprometida. Y, esto, como todo lo demás, es algo que tendrán que regular las entidades públicas. Y, lo cierto, es que ya van con retraso.