En muchos puntos de España se han alcanzado este verano temperaturas de más de 40°C. En ocasiones, subirse al automóvil y ponerse a conducir se trataba de toda una odisea, sobre todo si habías dejado el coche estacionado al sol. Los termómetros en el interior del coche se habrían disparado incluso por encima de los 50.

El uso del aire acondicionado resulta imprescindible en esta época del año, y no solo por la comodidad de viajar fresco, sino que también para evitar los efectos negativos que puede acarrear el calor sobre nuestra conducción. Entre otras cosas consigue aumentar el riesgo de fatiga e impide que contemos con los mismos reflejos que en unas condiciones óptimas.

¿Pero sabemos cuál es la temperatura ideal para viajar en coche? El debate se encuentra sobre la mesa, sobre todo después de las medidas que contempla el Gobierno con su plan de ahorro y que lleva a limitar el aire acondicionado en los espacios públicos.  El mínimo permitido en aeropuertos, transporte público, hoteles, centros comerciales o espacios culturales es de 27°C. ¿Se podría extender esta medida a los vehículos privados? En principio sería algo inviable para el conductor, sobre todo por comodidad y seguridad.

La temperatura ideal para un edificio poco tiene que ver con la de un coche, y mucho menos en verano.  Como ya te habrás dado cuenta, el automóvil es un espacio privado que no se ve condicionado en ningún instante por las medidas planteadas por el Estado. Serán los ocupantes del mismo lo que decidirán los grados con los que viajarán y harán uso del aire acondicionado como mejor consideren oportuno.

No hay que pasar por alto que el aire acondicionado encendido influye de manera importante en el consumo de combustible. El motor realiza un esfuerzo extra con el aire activado que puede llegar a rebajar la potencia del vehículo en hasta 15 CV, aumentando el consumo hasta 1 l/100 km.

Pero más allá de cómo afecten las altas temperaturas al rendimiento del vehículo, lo realmente preocupante es la incomodidad que puede llegar a generar a los ocupantes del mismo, sobre todo al conductor, que acabará notando la fatiga y se multiplicará de manera considerable el riesgo de accidente en la carretera.

Medidas para combatir el calor en el interior del coche

Cuando los termómetros marcan por encima de los 35°C hay que tomar una serie de decisiones, que aunque parezcan obvias, no siempre se llevan a cabo:

  • Antes de poner el aire acondicionado es preciso bajar las ventanillas durante unos segundos para expulsar el calor que se ha acumulado.
  • Ventilar el interior: antes de arrancar el coche hay que abrir las puertas para que ventile el habitáculo y de esa forma se iguale la temperatura de dentro con la exterior.
  • Trata de buscar la temperatura adecuada: lo adecuado es que en el interior los termómetros se mantengan entre los 22 y 24°C. Así se podrán evitar enfriamientos debido a los cambios bruscos de temperatura con el exterior. Si decides poner el aire acondicionado por debajo de los 20°C el consumo de combustible se incrementará en un 20%.
  • Incrementa la intensidad progresivamente: no se trata de poner la temperatura adecuada de primeras. Antes es preferible utilizarlo con moderación mientras se calienta. Al cabo de unos minutos ya se podrán fijar los grados que consideremos oportunos.
  • Dirige el aire hacia la parte superior: cometemos un serio error cuando conducimos el aire acondicionado a la cara o el pecho. Hay que tener en cuenta que al aire frío pesa más que el caliente y de esta manera conseguiremos que enfríe con más facilidad de arriba abajo la práctica totalidad del vehículo. Todo ello sin provocarnos ningún tipo de molestia en garganta o pecho.
  • No encender y apagar: hay una tendencia por parte de los conductores a encender y a apagar el aire acondicionado, para volver a activarlo cuando nota que el calor vuelve a apoderarse del habitáculo. Esta acción se repite con demasiada frecuencia creyendo que puede ser una medida de ahorro, pero en realidad no es así. Lo adecuado, en realidad es conservar una intensidad constante, ya que en realidad lo que más energía consume es cuando se apaga y se enciende el enfriamiento del compresor. También se evitarán posibles averías en el futuro.

Otras recomendaciones para conducir con elevadas temperaturas

En esa lucha contra el calor no basta solo con utilizar el aire acondicionado a una temperatura de entre 22 y 24°. Hay otras decisiones que debes tomar para que nuestro viaje resulte lo más placentero posible y no vernos afectados por las altas temperaturas del verano.

En primer lugar hay que tratar de no coger el coche en las horas centrales del día. Por eso es preciso que se planifique correctamente la ruta y consultemos las previsiones meteorológicas antes de salir de nuestro origen. Ya no se trata únicamente de que suframos los estragos del calor en el interior del vehículo, es que también puede producirse una avería durante el trayecto, y a las 3 de la tarde, con 40°C resultará más complicado afrontar estas temperaturas que a última hora de la jornada.

Hay que beber de manera regular, a poder ser agua o zumos. En cualquier momento, fruto del calor podemos sentir los signos de la deshidratación. Lo notaremos rápidamente por la aparición de calambres, agotamiento o el sueño. Además de los líquidos también podemos incluir la fruta en nuestra dieta durante el viaje. Evita tanto el alcohol como los refrescos y haz una parada cada cierto tiempo para estirar las piernas.

Para ponerse al volante no hace falta ir demasiado abrigado. Trata de utilizar prendas cómodas y holgadas. En cuanto al calzado, lo adecuado es algo que nos sujete el pie, así que descarta por completo las chanclas, ya que pueden darte algún tipo de susto. Además, debes tener en consideración que hacerlo con ellas o incluso descalzo pueden acarrearte una multa. Por lo tanto, a la hora de salir a la carretera trata de apostar por la seguridad.