Un accidente en la autopista es una situación por la que seguramente ningún conductor querría pasar, pero a lo que todos estamos expuestos. Con solo un pequeño golpe que nos den en un espejo retrovisor o en cualquier otra parte del coche, es suficiente como para perder el control del vehículo y podemos vernos envueltos en un accidente serio, sobre todo porque se circula a una velocidad aproximada a 120Km/h.

La poca visibilidad en la noche, una avería, lluvia fuerte, terceros conductores… son muchos los motivos por los que se puede acabar sufriendo un accidente en autopista. Aunque depende del momento y de cómo reaccionemos, una actuación incorrecta puede poner en riesgo tanto a nosotros como a los que van en nuestro vehículo y a otros usuarios que hay en la carretera, algo que se debe intentar evitar a toda costa.

Cuando el accidente se produce en ciudad es completamente diferente, mucho más fácil encontrar ayuda y que no sea una colisión fuerte porque las velocidades son (o al menos deberían) mucho más bajas. En cambio, en la autopista es probable que no estemos acompañados o que alguien se pare cuando va a alta velocidad.

Aún así, si hay un accidente es obligatorio por ley asistir a los accidentados, dado que si no lo hace se puede cometer un delito de omisión de socorro y puede haber sanciones administrativas y judiciales bastante serias.

Situaciones que se pueden dar cuando se tienen un accidente de tráfico

Una de ellas es que seamos los únicos afectados por el accidente. Por ejemplo, puede ser que suframos un reventón y hayamos perdido el control del coche pero hayamos conseguido frenar con los guardavías. También puede haber otros vehículos involucrados o incluso que se dé el caso de que podamos atropellar a un animal.

En caso de que seamos los únicos afectados y el accidente sea leve y nos encontremos en buen estado, hay que evitar ponerse en una situación que pueda suponer un riesgo. Debemos detener el vehículo, siempre que pueda moverse sin problema, y dejarlo fuera de la calzada. En caso de que no se pueda circular, hay que señalizar la zona en la que nos encontremos.

Antes de salir del vehículo hay que activar las luces de emergencia y ponerse el chaleco reflectante para poder ser vistos y evitar cualquier clase de imprevisto. Asimismo, no hay que olvidarse de colocar los triángulos para dejar la zona señalizada y así poder advertir al resto de conductores que se ha producido un accidente.

Cuando hay un accidente de tráfico es necesario saber a qué distancia se colocan los triángulos. En este caso, los coches por autopista van mucho más rápidos que en ciudad, por lo que es vital que tengan margen para poder frenar, lo que hará que tengamos que ponerlos con más distancia. Eso sí, si nuestro accidente ha sido un poco más adelante de una salida, hay que asegurarse al máximo de que no viene ningún vehículo porque incluso podríamos ser atropellados o provocar nosotros otro accidente.

Actuación ante un accidente en autopista

Si en una carretera que tiene doble sentido hay que colocar dos triángulos, uno por delante y otro por detrás, a una distancia mínima de 50 metros del coche y que cada uno sea visible al menos desde 100 metros de distancia. Además, hay que llamar a la compañía aseguradora para que vengan en nuestra ayuda. Si nos encontramos muy mal en determinado momento, se puede pedir auxilio a otros conductores o a los servicios de emergencias.

En caso que haya otros vehículos involucrados. Y siempre que sea posible y no pongamos nuestra vida en riesgo, hay que comprobar que los ocupantes del otro vehículo se encuentren bien. En caso de que sea así, lo más recomendable es intentar llegar a un acuerdo amistoso con el otro conductor implicado para que ambos rellenen el parte amistoso de accidente que proporcionan las compañías aseguradoras.

Es en este documento donde quedarán recogidos todos los datos de las partes que se han visto involucradas en el accidente, donde figurarán datos del vehículo, los daños ocasionados y los seguros de accidente de sus poseedores.

El documento tiene que firmarse por ambos conductores, siendo las compañías del seguro las que se encarguen de la reparación de los daños. Esto solo sería posible si existe un acuerdo entre ambas partes, pero si no se diese el caso y existiese un enfrentamiento porque no hay acuerdo sobre quién tiene la culpa del accidente, hay que llamar a la Guardia Civil para que sean los cuerpos de seguridad del Estado los que asuman el control de la situación y digan qué es lo que se debe hacer en cada caso.

Si hay heridos, mientras llegan las emergencias, se les puede prestar ayuda. Si se piensa que puede haber riesgo si siguen en el vehículo hay que evacuarlos.

¿Y si hemos atropellado a un animal?

No es un caso demasiado común pero sí se puede dar en muchos momentos. En caso de tener un accidente en la autopista debido a un animal, lo primero que hay que hacer es ponerse el chaleco reflectante y asegurar la zona con los triángulos. De esta forma conseguiremos que los demás conductores sepan que se ha producido un accidente.

En caso de que existan daños personales hay que avisar al 112 para que vengan en nuestra ayuda. Por parte del animal hay que avisar urgentemente al Seprona, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, para que vayan a retirar al animal accidentado.

Es muy recomendable que se hagan fotos del lugar para enseñárselas a la aseguradora. De esta forma podrán tener una prueba de lo que realmente ha sucedido. Hay que decir que aunque no sea algo que suceda todos los días, los accidentes con animales suelen acabar con alguna que otra víctima en carretera, por lo que en cuanto veamos la señal de que pueden aparecer animales salvajes sueltos, hay que reducir la velocidad y extremar las precauciones al máximo para evitar sorpresas.