El mundo de la automoción nos trae infinidad de curiosidades y seguro que muchos de vosotros habréis escuchado en alguna ocasión grandes barbaridades sobre los coches que no tienen ningún sentido.
Seguro que habrás escuchado cosas tan poco ciertas como la de que si echamos una bola de naftalina a la gasolina sube rápidamente el octanaje y es como si se tuviera óxido nitroso, haciendo que el coche salga disparado como en las películas.
Obviamente, por muchas veces que se repita una mentira no se va a convertir en una verdad. Aún así, queremos compartir contigo algunos de estos mitos absurdos que todos hemos escuchado en alguna ocasión y que aunque no valgan para nada, nos podemos echar unas risas leyéndolas.
Los mitos más absurdos del mundo de la automoción
Siempre se ha dicho que los vehículos de policía estaban trucados, tanto coches, como motos o todo terrenos por ejemplo. Es una creencia completamente falsa, aunque lo que sí pueden llevar es un equipamiento específico dado el uso que se les va a dar, que no tienen los vehículos a los que tiene acceso al público.
Lo que sí es cierto que esta clase de vehículos dado que tienen un uso realmente intensivo y lo que más interesa es que tengan una gran durabilidad y un bajo consumo. Pero eso de que los vehículos de las Fuerzas de Seguridad del Estado están trucados, no es cierto, sobre todo porque ya se estarían saltando la ley.
Otro de los grandes mitos que muchos de nosotros hemos escuchado en más de una ocasión es aquel que dice que cuanto más cara sea la gasolina más potencia da al coche. El octanaje del combustible no guarda relación directa con la potencia que pueda proporcionar un motor de combustión.
En caso de que así fuera y que todo el mundo hiciera esto con su coche, los mecánicos estarían frotándose las manos porque habría roturas de pistones, bielas, balancines y demás componentes del motor, ¿no creéis?
Seguro que también habrás escuchado en más de una ocasión eso de que los coches rojos tienen que pagar más al seguro. Es un mito que va relacionado con los coches deportivos donde el rojo es uno de los colores estrella, independientemente de la marca o modelo del que estemos hablando.
Una prueba que podéis hacer para comprobar que este color no influye en el precio usar un calculador de seguros de Internet y poner cualquier marca y modelo de coche, pero jugar con varios colores, entre ellos el rojo, comprobaréis como no hay diferencia con otros.
El mito de las llantas
¿Habéis visto alguna vez un Peugeor 106 con llantas de 17 pulgadas? Posiblemente no, pero seguro que para algún “cerebrito” resultaría algo increíble dado que pudiera llegar a pensar que cuanto más grandes sean las llantas del coche más veloz será.
Lo que harás será forzar al coche a funcionar con algo para lo que no está diseñado, además que habrá que hacer diferentes cambios para que la rueda no roce a la propia carrocería, podría haber que retocar rótulas, suspensiones, etc. Cuando vas a comprar unas zapatillas deportivas y calzas un número 43… ¿Comprarías unas del 47?
Volvemos con el combustible. Ya sabemos que lo de las bolas de naftalina no suben el octanaje de la gasolina, pero muchas personas se empeñan en que pueden conseguir mucha más potencia con carburantes diferentes a los que debería usar el coche. La potencia de un vehículo está ligada principalmente con su motor, no del carburante que se le ponga.
Echarle queroseno (el combustible de muchos aviones) al coche, no hará que se convierta en un auténtico bólido y mucho menos en un jet. Lo que sucederá es que comenzará a echar mucho humo blanco o incluso que tu fantástico coche se convierta en una bola de fuego debido a lo inflamable que es el queroseno.
Algunos osados, dijeron que el aceite había que cambiarlo cada 2.000 kilómetros y que de lo contrario el motor se estropearía. No se sabe a quién se le ocurriría esto pero desde que aparecieron los lubricantes sintéticos, cambiar el aceite con una gran frecuencia (que nunca fue tan baja, se solía hacer a partir de los 5.000 kilómetros) no es necesario.
Ahora, el cambio de aceite se puede hacer tranquilamente cada 10.000 o 15.000 kilómetros, siempre siguiendo las recomendacionesde los fabricantes.
El mito de las marchas
Otro mito es el que dice que cuanto más alta es la marcha el coche corre mucho más. En parte es cierto, pero solo cuando se circula por una carretera completamente recta. Hay coches que tienen seis o incluso siete marchas, pero no quiere decir que obligatoriamente cuanto más alta más rápido se vaya.
Cuando un coche tiene seis marchas, por ejemplo, la sexta se usa para que el motor vaya más desahogado no para ir mucho más rápido, algo que no todo el mundo piensa. Con ello, el motor irá mucho menos forzado y servirá para que el motor tenga una vida operativa mucho más larga.
“Los coches pueden funcionar con agua”, eso era lo que se dijo durante mucho tiempo y que en el futuro sería el combustible de los coches. Lo cierto es que si se mira desde un lado científico sí se pueden separar las moléculas de hidrógeno del agua y aprovecharlas como propulsor, pero eso solo se puede hacer en instalaciones específicas y tiene un gran coste energético que no resultaría rentable para hacer en un vehículo.
Para finalizar, durante mucho tiempo se pensó eso de “burro grande, ande o no ande”. Muchas personas aseguraban que el coche para ser mejor, debe ser más grande pero no es así. Todo el mundo (o casi) sabe que cuanto más grande sea menos estable sea, sobre todo en las curvas. A pesar de ello, todo eso ha cambiado un poco gracias a la electrónica, lo que ha hecho que la estabilidad esté mucho más controlada, pero los coches más pequeños siguen siendo los más estables que se pueden tener.