La actual situación económica puede empujar a muchos consumidores a buscar siempre el mejor precio, pero sin reparar en las consecuencias que puede tener eso. Es el caso por ejemplo de los conductores que acaban recurriendo a un taller ilegal para arreglar su vehículo, que no disponen de las mejores condiciones de seguridad ni para el coche ni para los trabajadores.
La Confederación Española de Talleres CETRAA estima que uno de cada cinco talleres que operan en el país lo hace de manera irregular, elevando esta cifra hasta los 9.000. Un número cuanto menos considerable, si tenemos en cuenta los peligros que pueden generar a los vehículos y al sistema.
¿Qué se entiende por taller ilegal?
Se trata de un modelo de negocio fraudulento, en donde por medio de locales sin licencia se prestan servicios de revisión y reparación de vehículos. Este tipo de negocios carecen de los permisos, licencias y autorizaciones que establece la legislación vigente. Además, este tipo de talleres ‘piratas’ tampoco cumplen con las normativas en material de seguridad laboral o gestión medioambiental de los residuos, ni emiten factura por los servicios prestados, por lo que se apuesta por una economía sumergida que comete un delito de fraude fiscal.
Los negocios que lo tienen todo en regla operan con una serie de licencias, cuentan con gestores asociados y de seguros, que permiten aportar una mayor garantía al cliente cuando acude con su vehículo a arreglarlo.
Antes de acudir a un taller fraudulento el conductor debe ser consciente de todas las consecuencias que tendrá esa decisión, ya que además de no contar con una seguridad en los trabajos ni garantías, tampoco habrá la posibilidad de reclamar en caso de que haya algún tipo de problema, ya sea con el pago o con futuras averías. Como mucho, los expertos entienden que el único recurso que le queda al perjudicado sería acudir a la comisaría para presentar una denuncia.
Las piezas de recambio que pueden utilizar en estos espacios ilegales tampoco cuentan con ningún tipo de seguridad, ya que no existe control sobre ellas. En muchos casos suelen acudir a los desguaces para comprar ciertas piezas que necesitan, lo que puede repercutir sobre el vehículo y también sobre tu bolsillo. Ten en cuenta que en muchas ocasiones pueden ponerte una pieza como nueva, cuando en realidad está adquirida en un desguace.
Por último, también hay que valorar en todo esto la cantidad de residuos que se generan cuando se cambian piezas del vehículo. Por ley, los talleres oficiales disponen de una política de gestión de residuos controlada, pagando impuestos por ello. Sin embargo, en los negocios ‘piratas’, se desconoce por completo donde van a acabar estos residuos, aunque lo más probable es que no sea al lugar adecuado. Por lo tanto, también estaríamos expuestos a un mayor deterioro del medio ambiente con este tipo de actuaciones.
Cómo saber que se trata de un taller ‘pirata’
Aunque parezca mentira, no resulta tan sencillo identificar un taller ilegal a primera vista. Pero sí que hay una serie de detalles que pueden ayudarnos a detectarlo.
En primer lugar, carecen de la placa identificativa que concede la Consejería de Industria correspondiente y que es obligatorio colocar a la entrada del establecimiento.
En un taller fraudulento nunca se le proporcionará al cliente ni un presupuesto ni una factura por escrito que garantice los trabajos hechos en el vehículo. Eso impedirá al consumidor disponer de un recurso a la hora de presentar una reclamación.
Otro detalle que no debe pasar desapercibido a la hora de reconocer un local de reparación de vehículos legal de otro ‘pirata’ suelen ser los carteles informativos detallando los precios de la mano de obra, derechos de los usuarios, horarios y otros documentos legales que mostrarán la fiabilidad del espacio. En muchas ocasiones, hay que reparar en estos detalles que pueden pasarnos desapercibidos, sobre todo si acudimos a un taller que disponga de unas instalaciones que parezcan reglamentarias.
A la entrada de los talleres legales, en un lugar visible, encontrarás una placa identificativa en la que se muestran una serie de iconos mostrando las ramas de actividad de dicho negocio. La llave inglesa significa que están especializados en mecánica general; el martillo, en carrocería; el rayo eléctrico, en electricidad, y la pistola de pintar, en pintura. También deben estar presentes las especialidades del taller, el código de provincia, el contraste estampado por el órgano competente y el número de registro en el Ministerio de Industria.
Una vez arreglado el vehículo, el cliente tiene la posibilidad de recibir la documentación que acredite la reparación en dicho establecimiento. Para empezar, se puede solicitar la factura de reparación con el que se pueden obtener beneficios fiscales si el propietario fuera una sociedad, además de que serviría de garantía en caso de que volviese a producirse de nuevo la misma avería debido a una mala actuación del taller. En un taller oficial no tendrás problemas para comunicarte con ellos a través de las vías habituales, ya sean por teléfono, correo electrónico o in situ en el propio local. Eso es algo que no siempre te lo pueden proporcionar los ilegales.
Ubicación de los talleres fraudulentos
Estos talleres ilegales, por lo general, suelen ubicarse en espacios apartados de las ciudades, sobre todo para esquivar los controles y posibles denuncias de vecinos. Los que ponen en marcha este tipo de negocios suelen decantarse por las zonas rurales para no levantar sospechas. Trabajan a puerta cerrada, en garajes de casas y en domicilios particulares, pero también podemos encontrarnos que realizan estas labores en un descampado o incluso en la calle.
Para poder detectarlos se hace imprescindible la colaboración de todos los ciudadanos, que deben denunciar este tipo de negocios por todo lo que acarrean. Principalmente por el daño que cometen a un sector muy perjudicado por la crisis, en donde hay miles de talleres que contribuyen con el sistema asumiendo impuestos y respetando las leyes. Pero también pensando en uno mismo y en el daño que se puede realizar a los vehículos y su seguridad.