Las ruedas es uno de los elementos más importantes del coche. El buen mantenimiento de las mismas no solo te permitirá disfrutar de una conducción más segura. Sin ir más lejos, los especialistas aseguran que muchos de los accidentes que se producen en la carretera es por llevar un mantenimiento adecuado de los neumáticos y cuidar la presión del aire.

Pero además de poder llevar una conducción más cómoda y segura, el mantenimiento de las ruedas del coche te permitirá contar con un mayor ahorro en combustible. Comprobar el estado de las ruedas y la presión del aire es, por tanto, una rutina que deberás tener muy en cuenta en tu coche.

La presión adecuada de los neumáticos

Muchas son las razones por las cuales resulta imprescindible que las ruedas de tu coche tengan la presión adecuada. La más clara de todas ellas es que de esta forma evitarás un posible pinchazo o un reventón en el neumático. Ambas situaciones pueden dar lugar fácilmente a un accidente en carretera.

A todo esto, hay que señalar que la presión adecuada de los neumáticos te permitirá poder llevar una conducción del vehículo mucho más óptima. Tanto si utilizas el coche de manera diaria como si lo empleas de forma esporádica, la presión de las ruedas debe ser siempre la más recomendada por el fabricante.

No en vano, una rueda que tenga poca cantidad de aire hará que la conducción sea más dificultosa y la banda de rodamiento se desgaste mucho más. Precisamente, si la presión de aire no es la adecuada la resistencia a la rodadura del vehículo aumentará. Esto hará que el coche necesite más energía para moverse, por lo que el gasto en combustible será mayor.

Según un estudio de la Dirección General de Tráfico (DGT), mantener los neumáticos inflados correctamente mejora la economía de combustible en más de un 3%.

Si las ruedas del coche están demasiado infladas, la conducción tampoco será muy segura, ya que hay menos caucho en contacto con la carretera. Este inflado de más va a ejercer una presión innecesaria sobre los neumáticos, lo que provocará un mayor desgaste en ellos. Si esto sucede, la durabilidad de las ruedas se verá reducida y tendremos que cambiarlas mucho antes de lo esperado.

Una presión alta de los neumáticos

Si los neumáticos tienen una presión de aire más alta que la recomendada por el fabricante, puede suceder que:

  • La superficie de contacto del neumático con el asfalto sea menor.
  • El neumático se desgaste más por el centro y la adherencia disminuya
  • Se reduzca la seguridad a la hora de frenar al haber menos superficie de contacto con el suelo
  • El neumático se deforme y se produzca un reventón

Una presión baja de los neumáticos

Por el contrario, si se inflan las ruedas por debajo de lo que indica el fabricante se pueden producir los siguientes hechos:

  • La banda de rodadura tendrá más rozamiento con el suelo, por lo que la rueda se desgastará más por los flancos
  • La dirección se volverá más pesada para manejar el vehículo
  • El coche consumirá más combustible

¿Cómo comprobar la presión del aire del aire en los neumáticos?

Para comprobar la presión del aire en las ruedas del coche, debes usar un manómetro de aire. Lo puedes comprar en cualquier tienda especializada para tenerlo en casa. No obstante, en la mayoría de gasolineras cuentan con un manómetro para que puedas verificar el estado de los neumáticos.

Una vez que dispones de un manómetro, hay que consultar en los comúnmente llamados papeles del coche cuál es la presión de aire recomendada para las ruedas de tu vehículo. La cifra también puede estar reflejada en la tapa del depósito de combustible. Este número se expresa en PSI (libras por pulgada cuadrada). Para los turismos ligeros, por ejemplo, la cifra recomendada es de una presión del aire de 28 a 30 PSI.

Hay fabricantes españoles y anemómetros que miden la presión del aire en bares. Si es así, lo único que tendrás que pasar es de PSI a bares (un bar equivale a 14,50 PSI aproximadamente).

La medición de la presión de las ruedas

La medición de la presión se debe realizar cuando los neumáticos estén fríos, con el coche detenido y el motor apagado.

A continuación, se retira el tapón del neumático y se le engancha la manguera del manómetro. Al instante, verás en este aparato la presión del aire que tienen las ruedas del coche. Si es la que indica el fabricante, perfecto. De lo contrario, tendrás que reducir o llenar de aire los neumáticos hasta alcanzar la cifra adecuada. Una vez listo, retirar la manguera y se vuelve a poner el tapón.

Es recomendable que este proceso lo hagas siempre una vez al mes. También se aconseja en los casos en los que vayas a salir de viaje con el coche.

También deberás tener en cuenta que cada marca de coche tiene una presión de neumáticos diferente. Además, la presión no será tampoco la misma en los neumáticos del eje delantero y los del trasero. Esto se dará especialmente en aquellos casos en los que el coche vaya cargado.

Por lo general, se estima que una presión de entre 2 y 2,5 bares es la más idónea para las ruedas de un coche. Esta cifra aumentará si el coche va muy cargado. En una situación como esta, lo más recomendable será subir la presión hasta los 2,7 bares en el eje delantero y hasta los 3 bares en el trasero.

A la vista de todo esto, es evidente que cuidar la presión del aire de las ruedas del coche es una tarea fundamental. Lo más recomendable es revisar cada mes los neumáticos con el manómetro para controlar que están en perfecto estado. Esto ayudará tanto a la conducción como al consumo de combustible.

Además, una correcta presión del aire hará que las ruedas duren más tiempo y no tengas que hacer antes el gasto que conlleva el cambio de los neumáticos del coche.