El parque automovilístico de España se encuentra entre los más envejecidos del continente. En estos momentos supera los doce años de media, y todo apunta a que en los próximos meses se verá incrementado de manera importante debido a la crisis de los chips y al retraso en la entrega de vehículos nuevos. Eso está empujando a muchos conductores a adquirir vehículos de ocasión y de segunda mano.

La edad de nuestros vehículos

La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) asegura que el 65% de los coches que circulan por nuestras carreteras han superado ya la década. Sin embargo, las autoridades y las empresas del motor recomiendan desde hace tiempo reemplazar los vehículos una vez que llegan a una determinada edad, sobre todo pensando en la seguridad de los ocupantes. Aunque la vida útil de un automóvil pueda alargarse por encima de los veinte años, ellos invitan a deshacerse del coche a partir de los doce.

La causa principal de este argumento, como advertíamos anteriormente, es la seguridad. Hace un tiempo la Dirección General de Tráfico alertaba de que se había producid un incremento en la antigüedad media de los vehículos implicados en accidentes con víctimas mortales. Al parecer, existen más posibilidades de sufrir un siniestro con un coche que tenga unos cuantos años que si lo hacemos con uno recién sacado del concesionario o de ocasión.

En principio, esta última clase de vehículos resultan  más seguros porque se encuentran desarrollados con los últimos avances tecnológicos. Eso implica que cuenten con los sistemas de seguridad más avanzados y los ocupantes estén mucho más protegidos en caso de sufrir un percance en la carretera.

A partir de cierta edad es posible que no incorporen los sistemas de aviso de cambio involuntario de carril, de detección de vehículos en el ángulo muerto, de detección de obstáculos y peatones con frenado automático o cámaras incorporadas. Se tratan de nuevos detalles que van incorporando las firmas automovilísticas y que dotan al vehículo de una mayor seguridad.

Otro detalle que puede invitarnos a retirar de la circulación un coche de más de doce años es la contaminación. Los ayuntamientos y comunidades autónomas se encuentran inmersos en plena polémica por las emisiones, llegando en ocasiones a restringir el tráfico de vehículos en el centro de las ciudades.

Las emisiones de los coches antiguos son más elevadas que las de los nuevos, ya que estos son cada vez más eficientes tanto en lo que se refiere a consumo como en la menor emisión de sustancias contaminantes. Los que compren un vehículo ahora podrán comprobar como este emite hasta un 30% de CO2 a la atmosfera si se compara con uno que ya tenga un tiempo.

Los ayuntamientos continúan trabajando para reducir la contaminación provocada por los coches en sus ciudades. Y algunos ya han anunciado medidas para dentro de unos años, en donde los vehículos diesel tendrán serios impedimentos para el estacionamiento, requiriendo la incorporación de una pegatina acreditativa para aquellos que sí cumplan con las exigencias medioambientales.

En algunos casos se favorece también el acceso de los coches menos contaminantes con tarifas reducidas en las zonas de aparcamiento regulado de los municipios.

Riesgo de sufrir averías

Los coches de más de doce años tienden a sufrir más averías, sufriendo su mantenimiento un importante encarecimiento debido a que se hace necesaria la sustitución de piezas esenciales que garantizan el adecuado funcionamiento. Puede ser el caso de la correa de distribución, los frenos o los amortiguadores. Cambiar estas piezas implicará que tengamos que realizar un desembolso bastante alto.

Los nuevos, por su parte, apenas tienen posibilidades de experimentar averías. A ello se le añade que sus motores resultan  mucho más eficientes y consumen menos combustible. Con el tiempo tu bolsillo lo notará, sobre todo si eres de los que viajas con bastante frecuencia y realizas más de 15.000 kilómetros al año.

Hay que sumarle otro detalle que suele pasar inadvertido, pero que también afecta a los vehículos a partir de una cierta edad, y se trata del desgaste que van sufriendo los elementos y accesorios que lo componen. Es el caso por ejemplo de los faros y pilotos, que van perdiendo potencia con los años, algo que empieza a ser evidente cuando se viaja mucho de noche. Son muchos los que aprecian una pérdida de visibilidad. Algo parecido suele pasar con los fallos que pueden dar los limpiaparabrisas, el cierre centralizado o los elevalunas eléctricos.

Tanto el uso excesivo como la falta de utilización de estos elementos pueden deteriorarlos con más facilidad. En estos casos, para que lleguen a los últimos días de su vida en las mejores condiciones es preciso darles un uso adecuado y hasta un mantenimiento.

Los vehículos cada vez vienen más equipados, preparados para que los ocupantes puedan estar un elevado número de horas en su interior sin que la comodidad se resienta. Hay una clara apuesta por el confort, para que uno se sienta a gusto. Se tratan de pequeños detalles que son muy agradecidos tanto por el conductor como por los acompañantes, como son el climatizador para las plazas delanteras y traseras, asientos más confortables, equipos de sonido de mayor calidad. Todo ello contribuye a conseguir una mejor experiencia a la hora de viajar.

Por último, hay que recordar lo importante que resulta viajar conectado. Ya nadie puede darle la espalda a la tecnología, y mucho menos en lo que se refiere a los vehículos. La tecnología continúa avanzando a diario, mientras que los coches van quedándose anticuados a medida que transcurran las semanas. Se puede afirmar con rotundidad que este sector le ha sacado un gran partido a estos avances.

Los fabricantes lanzan al mercado automóviles más tecnológicos y conectados. Hoy en día ya es posible disfrutar de una serie de servicios que resultaban prácticamente imposibles hace un lustro o una década. En el interior de los vehículos uno ya puede conectarse a internet, disponer del manos libres para evitar distracciones en la carretera, consultar el correo electrónico o acceder al teléfono móvil por medio de sistemas como Android Auto o CarPlay de Apple.