Los conductores tienen la costumbre de llevar en el coche más herramientas de las que en realidad van a necesitar en sus desplazamientos. A medida que cumplimos años con el vehículo aumentan también las cajas, bolsas y utensilios en el maletero. Nos aportan una sensación de seguridad al existir la creencia de que pueden sacarnos de un apuro en caso de un percance.

Hay que decir que los coches cada vez resultan más complicados de manejar a nivel de mecánica. La electrónica que incorporan los vehículos más modernos nos convierte en unos auténticos desconocedores de los automóviles que conducimos.

Hace un tiempo no había inconveniente en levantar la el capó y trastear en el motor, pero eso ha pasado a la historia. Ahora, salvo para rellenar el líquido del parabrisas, apenas se abre el capó. Y en caso de avería nos resulta más eficaz ponernos en contacto con la grúa.

Las herramientas ideales

Las herramientas que llevamos en nuestro vehículo deberían ayudaros a reparar cualquier avería que se produzca en nuestros viajes. Esa es la intención que existe, pero la realidad es otra bien distinta. Casi nadie se pone en mitad de un recorrido a arreglar cualquier desperfecto del coche. Excepto si se tienen unos ciertos niveles de mecánica, el destornillador, por ejemplo, lo único que nos puede servir es para darle unos cuantos golpes al motor para probar fortuna y ver si se arregla de esa manera.

Arreglar un problema mecánico no está al alcance de cualquier conductor. Y cuando se trata de algo de cierta relevancia, por muchos conocimientos que se tengan, se acaba llamando al servicio técnico o al taller.

En cualquier caso, nunca está de más llevar con nosotros una serie de herramientas, como los alicates, destornilladores, bridas o cinta americana. Puede servirnos de gran ayuda en alguna situación concreta que haya podido interrumpir el desplazamiento. Es el caso de un espejo retrovisor o un limpiaparabrisas suelto, un piloto desajustado, un faldón de la carrocería, una luna fracturada o una puerta desencajada. Son pequeñas incidencias que puede sufrir un coche en cualquier instante y que posiblemente nos suenen muy familiares.

Se tratan de pequeños problemas que poco tienen que ver con la mecánica y que nos requerirán una cierta destreza para resolverlos. Se trata de poner un ‘parche’ a la incidencia para poder seguir con nuestro camino y llegar al destino para arreglarlo de manera definitiva.

La única herramienta que es obligatoria de llevar en el vehículo es la llave para cambiar la rueda y el gato. Cada vez tienen más protagonismo los populares kits anti pinchazos, que son muy sencillos y rápidos de utilizar, y que resultan adecuados para sacarnos del apuro en poco tiempo.

En realidad sirve de poco llevar estas herramientas en el maletero del coche si no sabemos usarlas. Es lo que ocurre cuando nos toca cambiar una rueda. Por lo general sale más cómodo llamar a la grúa por teléfono y que sean ellos los que nos solucionen la incidencia. Pero puede darse la circunstancia de que no tengamos la oportunidad de ponernos en contacto con este servicio, ya sea porque el teléfono no funcione o porque no haya cobertura. Por eso, nunca está de más tener unos mínimos conocimientos para sustituir un neumático.

El kit de emergencia

Lo aconsejable sería viajar con un pequeño kit de emergencia que nos ayudase a reparar algún pequeño percance que pueda surgir en la carretera. Aunque no se trate de algo obligatorio, sí que tendría la capacidad de sacarnos de algún apuro en determinadas situaciones.

Es posible que ya cuentes con un maletín de herramientas, posiblemente obsequio de una compañía de seguros o de un taller. Pero lo más probable es que no te sirvan de mucho.  Ocuparán espacio en el coche y no son precisamente fiables. En ese caso lo adecuado será llevar unas pocas y de calidad, que muchas y que puedan romperse. Puede llegar a darse el caso de que alcances el nivel máximo de frustración cuando compruebes que no puedes solucionar la avería, que la herramienta se te rompe y en el proceso dejas alguna pieza inservible por ese alicate o destornillador económico.

Juego de luces

Aunque no resulte obligatorio llevarlo encima, es una buena opción viajar con un juego de lámparas. Tener las luces siempre a punto resulta muy importante, sobre todo si nos disponemos a circular de noche.

Algo con lo que no contamos y que también sirve de gran ayuda es una linterna, que disponga de una cierta potencia y que cuente con pilas.

Elementos obligatorios que te sirven de ayuda en casso de emergencia

Hay una serie de elementos, que aunque no sean consideradas herramientas, sí  que son obligatorias en cualquier vehículo y contribuyen a incrementar la seguridad en caso de avería o accidente. Se tratan del chaleco reflectante y de los triángulos de emergencia. Los primeros deben llevarse en el interior del coche, que estén siempre a mano, ya sea en la guantera o dentro del habitáculo de la puerta. Lo que se pretende con ello es que puedas disponer de él a momento en caso de que percance. Bastaría con uno, pero lo adecuado serían dos para que pudiera ser utilizado por un acompañante.

Los triángulos, además de llevarlos, también hay que saber ponerlos en la carretera.  Uno de ellos debe estar por delante y otro por detrás, a una distancia aproximada de 50 metros. El objetivo es que sean apreciables por los conductores a medida que se aproximen. En calzadas de un único sentido o de más de tres carriles bastaría con colocar 50 metros antes. Resulta importante tenerlo todo localizado, para no perder tiempo en la búsqueda cuando nos toque usarlo.

Las cajas de herramientas suelen ser bastante pesadas, por lo general. Deben guardarse en un sitio seguro, en donde no exista la posibilidad de que salgan disparadas en caso de un frenazo o colisión. Procura que esté bien sujeta. Muchos vehículos ya vienen con un maletero con doble fondo, lo que implica un espacio extra que te permitirá disponer de más huecos en el coche. Sería el sitio más seguro para tener a manos las herramientas.