La “pegatina H” de la DGT es mucho más que un distintivo, representa un reconocimiento legal al valor histórico de un vehículo y permite que coches clásicos circulen con ciertas ventajas frente a las restricciones habituales. En esencia, esta etiqueta no mide contaminación como las pegatinas ambientales, sino que certifica patrimonio, historia y buen estado. Y aunque suene técnico, tiene implicaciones reales para propietarios y fanáticos del automóvil antiguo.

Para entender bien lo que significa este distintivo, hay que comenzar por conocer qué vehículos pueden aspirar a llevarla. No basta con que un coche sea viejo, tiene que tener más de treinta años desde su primera matriculación, debe estar inscrito en el Registro de Vehículos Históricos de la DGT y mantener su configuración original sin modificaciones sustanciales. Si su fabricación se abandonó hace tiempo, eso ayuda, y si tiene relevancia histórica puntual, también puede ser considerado. No es un trámite simbólico, los laboratorios y las comunidades autónomas colaboran para certificar que el vehículo realmente cumple esos criterios.

Ventajas, requisitos y curiosidades de la pegatina H

Una vez que se cumplen los requisitos, el siguiente paso es solicitar la catalogación histórica ante la administración autonómica correspondiente. A continuación, se debe pasar una inspección técnica especial que verifique que el vehículo conserva sus características originales. Después, hay que inscribirlo en el Registro de Vehículos Históricos de la DGT y, finalmente, pedir la pegatina H en Tráfico o en entidades autorizadas. Solo así se obtiene ese distintivo que lo identifica como automóvil clásico con beneficios legales y administrativos.

Este distintivo no es una etiqueta medioambiental más. A diferencia de las pegatinas B, C, ECO o Cero, que se basan en emisiones, la pegatina H tiene como eje el valor patrimonial. Un vehículo de cuarenta años, independientemente de cuánto contamine, puede circular legalmente si cuenta con ese distintivo, porque lo que se valora no es su impacto ambiental, sino su importancia histórica y su estado de conservación.

Y ¿qué ventajas concretas aporta tener la pegatina H? Primero, exenciones en zonas de bajas emisiones. Los coches con el distintivo pueden estar liberados de muchas de las restricciones que afectan al tráfico en las grandes ciudades. Luego, beneficios fiscales: el impuesto de circulación puede reducirse o incluso quedar exento según el municipio. También se aligera la frecuencia de la ITV, en muchos casos basta con pasarla cada dos o cinco años en lugar de cada año, como ocurre con los vehículos comunes. Además, el reconocimiento oficial de que tu vehículo es histórico fortalece su valor en el mercado, algo que los coleccionistas aprecian especialmente.

Sin embargo, este camino también tiene sus condiciones, por ello debes tener en cuenta que ser dueño de un coche histórico no significa libertad total para modificarlo a gusto, ya que cualquier alteración importante puede invalidar el estatus. Si cambias piezas originales por otras modernas o modificas la estructura, podrías perder la catalogación. Y aunque la ITV se hace con menos frecuencia, la inspección técnica especial puede ser más rigurosa y requerir certificaciones específicas de componentes difíciles de encontrar.

También conviene tener claro que no todos los beneficios son automáticos. Algunas ciudades aplican normas locales que pueden limitar la circulación incluso con la pegatina H, mientras que las bonificaciones fiscales dependen del ayuntamiento. Por tanto, tener este distintivo no garantiza inmunidad total, sino permisos especiales que deben conocerse y respetarse.

Otra cuestión relevante es cómo se integra la pegatina H en el sistema de etiquetas de la DGT. En la clasificación oficial, aparece junto a las pegatinas B, C, ECO y Cero, pero su función es diferente. Mientras las demás se asignan por criterios técnicos y medioambientales, la H se otorga por valor cultural y conservación. Así, un coche histórico puede circular donde otros más recientes no pueden, siempre que mantenga su autenticidad y se encuentre en buen estado.

Más allá de las ventajas prácticas, esta pegatina es también un símbolo emocional. Representa la pasión de quienes ven en los coches algo más que un medio de transporte. Restaurar un vehículo clásico requiere paciencia, tiempo y recursos, pero también amor por la historia del motor. Cada coche antiguo cuenta una historia: cómo se fabricó, qué papel tuvo en su época, quién lo condujo o qué innovaciones introdujo. Obtener el distintivo H es una manera de preservar esa memoria viva sobre ruedas.

Por eso, mantener un coche con este reconocimiento implica responsabilidad. Los propietarios se convierten, en cierto modo, en guardianes del patrimonio automovilístico. Su tarea es conservarlo, respetar sus materiales y garantizar que siga funcionando sin perder su esencia. A cambio, disfrutan del privilegio de circular por lugares donde otros no pueden, de conservar un pedazo de historia y de compartirlo con quienes aprecian el valor del pasado.

El camino hacia la pegatina H requiere constancia, pero recompensa con algo más que beneficios fiscales o exenciones de tráfico. Concede la satisfacción de formar parte de una comunidad apasionada, que celebra el diseño, la ingeniería y la cultura automovilística. Quien decide mantener vivo un coche clásico no solo cuida un vehículo.