Los deportivos no son algo que haya aparecido hace unos cuantos sino que los hay desde hace mucho, mucho tiempo. Obviamente, los deportivos de hace 30 o 40 años, difieren mucho de lo que hoy conocemos como tal, pero en aquel entonces eran vehículos verdaderamente increíbles como el De Tomaso Mangusta.

Seguro que si os preguntamos nombres de deportivos clásicos podéis decir Mercedes, Ferrari, Lamborghini, Bugatti, etc. Pero hay otras firmas menos conocidas, pero que también han tenido cabida dentro de este segmento. El De Tomaso Mangusta comenzó a fabricarse después de que el acuerdo con Carroll Shelby para que se hiciese cargo de la siguiente generación del famosísimo Shelby Cobra en Italia.

Finalmente, el acuerdo no fructifico y desde Italia no se hizo ninguna versión del Shelby Cobra pero nació este Mangusta, que tomaba el relevo del De Tomaso Vallelunga, un deportivo que realmente fue un bluff, un quiero y no puedo. Tenía tantísimas averías que solamente se llegaron a fabricar menos de 60 unidades y hoy en día es prácticamente imposible verlos circular por las carretera, aunque sí en algún museo del automóvil que otro.

Características del De Tomaso Mangusta

Lo cierto es que este coche impresionó por su estética vanguardista cuando se lanzó allá por el año 1967. Se diseñó para competir con muchos otros deportivos italianos con motor central que reinaban en el mercado.

Del exterior hay que tener en cuenta que fue un diseño especial hecho por uno de los pesos pesados y que hemos visto trabajar con muchas otras marcas y modelos de coches, el gran Giorgetto Giugiaro, por lo que podéis imaginar cómo de seria era la apuesta de esta marca italiana por su modelo.

En cuanto al motor, el Mangusta contaba con un V8 americano de 4.727 centímetros cúbicos rendía un máximo de 305 caballos de potencia y 532 Nm de par. Contaba también con un cambio ZF de cinco velocidades.

Contaba con suspensión independiente en cada rueda con triángulos superpuestos, barra estabilizadora y muelles helicoidales, frenos de disco asistidos y ventilados, llantas ultra anchas de aleación y 15 pulgadas, algo que llamaba muchísimo la atención.

El motor era americano que venía casi de serie, a excepción de la culata que se forjaba y montaba en Italia. En este caso hay que destacar que tanto la versión americana como la europea tenían diferentes potencias. La europea contaba con tan solo 250 caballos. Hubo un intento porque el coche tuviera más potencia y corrió a cargo de Bill Bitchel, jefe de diseño y vicepresidente de General Motors.

Encargó un De Tomaso Mangusta equipado con un V8 Chevrolet 327 que proporcionaba unos más que interesantes 346 caballos, pero no pudo estrenarlo porque no cabía dentro del coche y no pudo conducirlo.

Otros puntos a tener en cuenta

Uno de los grandes desafíos técnicos a los que tuvo que hacer frente este modelo era a la escasez de rigidez de su chasis y su distancia al suelo, tremendamente pequeña. Además tenía el problema de no contar con un buen equilibrio entre la parte delantera y trasera. Esto hacía que el Mangusta tuviese la fea manía de cruzarse cuando se pisase un poco más a fondo el pedal de acelerador.

Este modelo pesaba unos 1.322 kilos, medía 4,275 metros de largo, 1,834 metros de ancho y 1,1 metros de alto, solo tres centímetros más alto que el conocido Ford GT 40. Esto hacía que se viese un coche muy agresivo, con un diseño espectacular.

Si estás pensando en comprarte uno, recuerda que solo se vendieron 401 ejemplares, entre Estados Unidos y Europa y actualmente podemos decir que solamente sobreviven poco más de 100 unidades. A ello hay que sumar que el Mangusta ha envejecido peor que otros deportivos de la época, aunque no tanto como otros, pero es normal que tengan problemas de corrosión, piezas demasiado gastadas y la considerable pérdida de potencia que tienen los coches cuando son utilizados durante años, sobre todo los deportivos.

Se van vendido modelos por unos 200.000 euros hace unos años, aunque hoy en día se puede adquirir uno, más o menos en un estado decente por unos 70.000 euros aproximadamente, aunque seguramente habría que hacerle algunos retoques, tanto estéticos como electromecánicos casi con total seguridad.

De Tomaso Mangusta, alternativa a los Lamborghini o Ferrari

A pesar de parecer un coche muy grande y curos asientos eran prácticamente barquetas y a medir 1,80 metros de ancho, tan solo había 1,10 metros de altura en su interior, por lo que si eras una persona alta, no cabrías en el interior de este deportivo tan peculiar.

Aún con ese hándicap era un vehículo admirado por muchos, un deportivo radical que impresionaba por su sonido cuando aceleraba y por las más que impresionantes ruedas traseras, dignas de un coche de competición. De hecho, llamaba tanto la atención que únicamente el Miura, presentado pocos meses antes del lanzamiento de este modelo, pudo hacerle sombra, aunque el Mangusta tenía muchísimos seguidores.

Contaba con un morro afilado y bajo como un escualo, perfil recogido y dinámico, capó delantero plano y el capó trasero no era de una puerta sino de dos y con alas de gaviota
Este modelo fue un auténtico éxito en su momento, sobre todo en el mercado norteamericano. Llegó a vender diez veces más Mangustas que Vallelungas (considerado como uno de los peores y más problemáticos deportivos que se han fabricado en Europa, incluso más que el Matra Simca Bagheera, que ya es decir)

Su diseño y su motor V8 cautivaron a los americanos donde se llegaron a vender 251 unidades. La razón no solo era por su corazón ruidoso y potente ni por su fantástico diseño, sino porque tenía un bajo mantenimiento y las piezas eran muy baratas. De hecho, se estima que los costes de este modelo eran alrededor de un 80% más baratos que loa Ferrari o los Lamborghini de aquellos años.

¿Me compro uno?

Solo si eres un auténtico fan de estos modelos y tienes tiempo y dinero para hacerle una completa revisión y cuidados, así como si no vas a usarlo diariamente o a dedicarte a conducirlo en modo deportivo, se puede considerar buena idea comprar uno. De lo contrario hay opciones más sensatas en cuanto a deportivos de hace unas cuantas décadas.