Todos los que tenemos un coche, sabemos que conlleva gastos continuos, como los del combustible y recambios obligados además de los gastos inesperados. Es decir, el coche es una inversión y siempre hay que contar con que puede pasar algo en el momento menos esperado que sacuda nuestra economía doméstica. Pero… ¿sabías que se puede ahorrar conduciendo? Nosotros te lo contamos.

¿Cómo se puede ahorrar conduciendo?

Uno de los mejores consejos que se pueden dar para ahorrar conduciendo es no hacerlo cuando es hora punta, es decir, cuando todo el mundo va a trabajar o regresa del trabajo. Cada ciudad tiene sus ritmos y nadie mejor que tú para saber cuál es la hora punta de tu ciudad.

En muchos lugares, el tráfico puede llegar a ser desesperante, incluso con caravanas de varios kilómetros, lo que hará que tengas que estar encendiendo y apagando cada poco el motor, además de que si no eres previsor… llegarás tarde al trabajo. Si conoces bien la ciudad, evita los lugares más congestionados y aunque pueda parecer que tardas más si das un rodeo, al final habrás tardado menos y gastado menos combustible.

Si te pasas de velocidad (y de revoluciones) lo que conseguirás es que tu vehículo consuma más de la cuenta, lo que hará que estés perdiendo dinero y solo hayas ahorrado unos segundos de tiempo. ¿Crees que merece la pena?

Si no tienes aire acondicionado, es posible que cuando vayas por carretera, bajes un poco las ventanillas o tengas ligeramente movido el techo corredizo de tu vehículo. Error. Estás rompiendo con la aerodinámica de tu vehículo, haciendo que ofrezca más resistencia al viento, por tanto, forzando al vehículo y haciendo que consuma más combustible.

Cuando sea posible y vayas a hacer un viaje por carretera, lo más aconsejable es que retires el baúl o la baca, porque también suponen una importante carga aerodinámica que harán que el coque consuma más. Además, es aconsejable que solo lleves el peso necesario. No uses el vehículo como un trastero, además que queda mal, ya sabes, cuanto más peso, más consumo.

Tu clase de conducción influye en el consumo de combustible

La forma de conducir también influye en el consumo y por tanto, en nuestro bolsillo. Lo aconsejable es conducir de manera suave, a una velocidad constante, sobre todo cuando se hacen viajes de largo recorrido, procurando ir siempre en la marcha más larga que tenga el motor.

Respetar los límites de velocidad no solo tiene que ver con el ahorro de combustible sino también para que no estés expuesto a que te caiga una multa. Correr en exceso eleva el consumo, Además, está demostrado que el coche consume menos si lo llevas a una velocidad de 120Km/h que si lo llevas a 125 Km/h, por ejemplo; hay una diferencia de velocidad muy pequeña, pero a la larga se ve en el consumo.

Otro punto importante, sobre todo si eres de los que suelen hacer bastantes viajes, es revisar la presión de los neumáticos con frecuencia. Debes circular siempre con la presión indicada por el fabricante. No debes olvidarte que a no ser que haya un calor extremo, el aire acondicionado no debe estar puesto todo el tiempo, porque también aumenta el consumo del combustible.

No te olvides de usar algunas de las muchas aplicaciones que hay actualmente donde te indicarán cuáles son las estaciones de servicio más baratas y de usar las tarjetas de fidelización, lo que podrá proporcionarte cierto margen a la hora de repostar.

Desguaces, otra forma de ahorrar dinero

Cuando el vehículo tiene una avería y hay que repararlo cambiando algunas piezas, nunca está de más comprarlas en un buen desguace. No, no temas, ya no son como hace años que prácticamente eran como chatarrerías. Las piezas son revisadas varias veces por profesionales para asegurarse que su funcionamiento es el correcto.

Si adquieres unas cuantas piezas de repuesto y las comparas con lo que te hubieran costado si fueran nuevas, comprobarás que incluso en esto podrás ahorrar. Además, las piezas vendidas en desguaces autorizados también tienen su garantía, para que tengas más tranquilidad.
Procura ser un conductor eficiente, es decir, ir a velocidades constantes en marchas altas, aprovéchate de las inercias del vehículo, pisa el acelerador de manera suave, etc. Son pequeños detalles, pero donde todo cuenta, lo que sumado a todo lo que hemos compartido contigo, será algo que deberás tener muy en cuenta.

¿Y si cambio de coche?

Si tu coche ya es viejo y estás pensando en adquirir un nuevo modelo, depende del uso que le des a tu vehículo. Quizá te interese un coche eléctrico si vives en la ciudad o un híbrido si haces viajes largos. Sopesa las posibilidades que tienes, las prestaciones que te puede dar cada modelo de coche. Estudia bien cada propuesta, porque de ello depende que sigas ahorrando cuando conduces o no.

También debes tener en cuenta los kilómetros que vas a hacer, si solo vas a usarlo para el trabajo o va a ser un vehículo para todo (trabajo, viajes cortos, vacaciones, etc.) Puede que te interese que lleve control de velocidad o velocidad de crucero para que te ayude a ahorrar conduciendo, pero también puede que tengas que prescindir de extras que no sirven de mucho si tu objetivo es ahorrar como doble turbo, llantas de 19 pulgadas de perfil bajo, una gran potencia, etc. Eso sabes que conlleva un mayor consumo.

No te olvides de otros aspectos tan importantes como la mecánica o el seguro con el que vas a proteger el vehículo. Aquí es como en todo, hay que mirar muchas marcas diferentes, compararlas y después estudiar los pros y los contras que tiene el modelo que más nos gusta o creemos que nos conviene. No es cuestión de comprar el primero que nos ofrecen porque nos parezca una buena oferta. De hecho, hay concesionarios de la misma marca que pueden incluso llegar a tener precios diferentes, lo que te puede llevar a ahorrar una buena cantidad de dinero.