Nadie quiere que su coche tenga averías cada poco o que no le dure unos cuantos años, como pasaba con los coches de antes. Vale, puede que ya no se fabriquen igual que antes, pero sí se pueden seguir ciertas pautas para que se pueda alargar la vida de nuestro querido coche y nosotros vamos a compartir contigo algunas de ellas.
Con consejos bastante conocidos y otros que te pueden resultar demasiado obvios, pero ten en cuenta que a veces no nos acordamos de las cosas más sencillas y por ahí pueden comenzar los fallos y al final, esos pequeños fallos pueden convertirse en algo que acabará pasándonos factura en el taller.
Consejos para alargar la vida de tu coche
La limpieza es algo muy importante y es algo que hay que hacer con cierta frecuencia, pero no solo para que el coche tenga un buen aspecto sino para evitar que se acumule la suciedad y pueda convertirse en un problema. Lo de meterlo al túnel de lavado es cosa tuya dado que como sabrás, las cerdas de los rodillos pueden producir micro arañazos.
Lo más aconsejable es usar una pistola de agua a presión y centrarse en zonas en las que un lavado convencional no llega, como los bajos del coche, detrás de las defensas o incluso las llantas. Eso sí, nunca uses el agua a presión sobre el vano motor porque podrías dañar algún elemento o componente electrónico y sería una buena faena.
Dentro de esta parte dedicada a la limpieza, hay que destacar la protección a la pintura, procurando no dejar el coche aparcado durante demasiado tiempo al sol ni dejar los restos de los mosquitos en el parabrisas o algo peor, dejar los excrementos de pájaro sin limpiar.
En este aspecto hay que tener mucho cuidado porque los excrementos de paloma o de gaviota, por ejemplo, tienen ácido clorhídrico y si dejamos que el excremento se seque puede dañar incluso la pintura del coche. Siempre que advirtamos un excremento en la pintura hay que retirarlo cuanto antes.
Lo mismo sucede si se tiene la idea de dejar el coche bajo un árbol. Sobre él se posan los pájaros y además de que pueden dejar el coche lleno de excrementos al árbol también se le pueden caer hojas o frutos y acabar degradándose sobre la pintura del coche.
Cuida los pequeños detalles
Lo que en un principio puede parecer algo sin importancia, puede convertirse en una pesadilla. Por ejemplo, cuando se tiene un rayón en la pintura, por pequeño que sea, ya hay una puerta abierta para que pueda filtrarse la humedad y comience a aparecer óxido. Para ello, existen unos pinceles para estos casos, donde solo hay que pedir el código de color de la pintura de tu coche y pintar la zona afectada, el resultado es espectacular.
Si sueles conducir por la misma carretera siempre y siempre recibes algún chinazo de un coche o un camión que va delante, es normal que puedas tener pequeños rayones en la pintura o incluso micro fisuras en la luna delantera. Revísalo para evitar que sigan creciendo y utiliza un plástico especial para proteger tanto el capó como la parte delantera. Es un adhesivo muy fácil de colocar que puede retirarse cuando se ha llegado al destino y que protegerá al coche de estos problemas.
Otro aspecto que debes cuidar mucho es todo lo relacionado con las ruedas, el único punto del coche que está en contacto con la carretera. Por ello, debes controlar la presión de los neumáticos de mantera frecuente. Asimismo también debes comprobar su desgaste y si es necesario llevar el coche al taller para que equilibren las ruedas.
Tampoco debes olvidarte de tener cuidado con los bordillos o los baches, no solo puede afectar a la rueda sino que puede hacerlo a la llanta y a la suspensión.
Cuando se arranca en frío el rozamiento de las piezas mecánicas es elevado así como el combustible y el agua condensada se mezclan. Si se va a hacer un trayecto corto, lo más recomendable es dejar el coche al ralentí durante unos cuantos minutos hasta que alcance una temperatura óptima.
El motor, una de las partes que más sufre
En cuanto al motor, podríamos decir mil y un consejos sobre esta parte del coche que tanto debemos cuidar. Por ejemplo, se recomienda evitar los trayectos cortos frecuentes, sobre todo cuando el coche está en frío. Hay que esperar a que el aceite alcance una temperatura adecuada para que pueda cumplir correctamente con su función de lubricación.
SI hablamos del aceite, hay que controlar su nivel de manera periódica, no hay que esperar a que el piloto se encienda, porque seguramente ya se encontrará por debajo del mínimo recomendable. Compruébalo regularmente con la varilla y rellénalo o llévalo al taller para un cambio de aceite cuando sea necesario.
Debes tener en cuenta que el aceite se degrada tanto con el uso como con el paso del tiempo, por lo que debes seguir las recomendaciones del fabricante y de tu mecánico de confianza. Hay que cumplir puntualmente con los plazos de cambio y la viscosidad del aceite requerida.
Lo mismo que hay que tener rigor a la hora de cambiar el aceite, también lo hay que tener con los calendarios establecidos de mantenimiento del coche. Y si es posible, hay que llevarlo siempre al mismo taller, de esta forma el mecánico reconocerá cuáles son todos los puntos a tener en cuenta con tu vehículo y llevará un completo registro de lo que necesita y lo que debe tener en cuenta para mejorar su estado.
Finalizamos con el consejo de que hay que seguir con mucho rigor los intervalos de tiempo establecidos para el cambio de la correa de distribución que proporciona el fabricante. Ésta es una de las mejores formas para poder evitar enfrentarse a una de las averías más caras que pueden producirse en el coche dado que de la correa de distribución dependen muchos otros elementos del motor.