Renault ha puesto muchas esperanzas en el Mégane E-Tech Electric, un modelo totalmente nuevo e íntegramente eléctrico. Se trata de una evolución de la cuarta generación del Mégane, que aún se vende y que se mantendrá en el mercado durante un tiempo hasta que la versión menos contaminante consiga hacerse un hueco. Por lo tanto, aún tendrá vida para rato.

El E-Tech guarda bastantes similitudes con el modelo convencional en lo que se refiere a la parte frontal. A simple vista se aprecian unos faros  más pequeños, pero en donde en realidad pueden detectarse los cambios es en los laterales, sobre todo desde atrás. La apuesta de la firma pasa por darle un toque crossover al modelo con la intención de captar la atención por este segmento.

El vehículo sufre un importante incremento en cuanto a la altura, de aproximadamente seis centímetros. Las ruedas se colocan en los extremos y se prioriza a la chapa frente a la superficie acristalada. Desde atrás, su aspecto recuerda mucho al de un DS 3 Crossback, aunque se penaliza la visibilidad en esta zona debido al pequeño tamaño de su luna.

Otro detalle que no pasa desapercibido es que la boca de carga del maletero se encuentra bastante alta, prácticamente a la altura de la cadera. Este espacio dispone también de bastante profundidad gracias a sus 440 litros de capacidad.

Apuesta por un vehículo más aerodinámico

Las formas de este nuevo Mégane tienen como propósito conseguir un vehículo más aerodinámico. Eso explica también que lleve las manetas enrasadas en la puerta delantera y camufladas en el pilar C. Hay otras detalles que caracterizan a la línea futurista de este modelo, como pueden ser las llantas, de 18 o 20 pulgadas según el acabado; o la toma de carga, situada encima de la rueda izquierda y con una tapa que nos recordará mucho al método tradicional.

En lo referente a la parte técnica, se asienta sobre la plataforma CMF-EV, con un peso de 1.640 kilos, 4,21 metros de largo, 1,50 de alto y 1,90 metros de ancho. En cuando a suspensión, en la zona de delante se emplea un esquema McPherson, mientras que en la trasera se usa un elaborado eje multibrazo.

El propulsor que se ocupa de mover este coche es síncrono de 218 caballos y desarrolla 330 Newton/metro de par. En cuanto a la batería, se sitúa en el piso, pesa menos de 400 kilos y dispone de una capacidad real de 60 kWh. Esto permite que pueda recorrer hasta 470 kilómetros en ciclo WLTP.

SI te preocupan las cargas, deberías saber que existen tres. Por un lado está la monofásica para el hogar a 7,4 kWh, la trifásica a 22 kWh y la rápida que alcanza los 130 kWh.

A bordo de este Mégane eléctrico tendremos la impresión de mucho estar mucho más cerca del suelo  que con el modelo tradicional. Y esto es debido a la ubicación de las pilas, que rebajan nueve centímetros el centro de gravedad.  Esto contrata, en cierta medida con el tamaño de las ventanillas, que consiguen dar la sensación de que estamos montados en un SUV.

La comodidad del interior

En lo que se refiere a habitabilidad, hay que destacar ciertos detalles. Además de ser bajo que el resto de vehículos de la marca, la integración del climatizador en el interior del motor eléctrico consigue que el habitáculo gane seis centímetros más de espacio. Las plazas traseras disponen de bastante espacio para garantizar confort y comodidad, y esto en gran medida es posible debido a la falta de túnel central. Los pasajeros de la parte de atrás cuentan con ventilación propia y dos tomas USB tipo C.

Si nos centramos en el conductor, debemos destacar que se encontrará con un volante grande y de buen tacto, que es achatado tanto por arriba como para abajo, lo que le acerca bastante a un diseño deportivo. En la parte derecha del aro se localiza la palanca de la transmisión, como ocurre con los Mercedes, y detrás del módulo central están las levas con las que se actúa en los modos de regeneración.

El cuadro de mandos se presenta con unos mejores gráficos y con una mayor velocidad en el cambio de los datos, tanto cuando cambias el tipo de conducción como desde el ordenador de a bordo a la navegación. Se detectan una serie de modificaciones que rompen bastante con lo anterior. Y en ello hay que destacar la pantalla central que se ubica por encima de lo que nos tenía acostumbrados.

Pensando en el piloto, han decidido girarla levemente hacia él, tratando de que se familiarice con ella desde el principio. Y para ello lo mejor es que se hayan decantado por una configuración que guarda un gran parecido con los teléfonos móviles. En cuestión de unos pocos segundos se podrá cambiar de emisora, regresar al mapa GPS o cambiar los asistentes sin que se detecta ninguna ralentización del sistema.

El sistema multimedia cuenta con conexión gratuita durante cinco años a Google Maps, además de disponer de órdenes vocales. Se le podrá indicar a través de nuestras palabras que nos dirija a la estación de servicio más próxima, baje la temperatura del turismo o cambie la canción.

Otra novedad que incorpora el Renault Mégane E-Tech Electric es su capacidad para variar de manera automática la iluminación dentro del habitáculo según la hora que sea. Por la mañana se inicia con unos tonos azules, que darán paso a unos anaranjados por la tarde, siendo morados al final de la jornada. Si uno lo desea, puede desactivar esta función para establecer una luz fija.

La firma ya permite realizar pedidos desde el pasado mes de noviembre de los Mégane E-Tech Electric, teniendo previsto realizar las primeras entregas a partir de marzo de 2022. El precio, como es lógico, varía en función de los modelos.  El más económico será el equlibre EV40 96 kW (130 CV) standard charge, con un precio de 35.200 euros hasta los 47.700 euros del iconic EV60 160 kW (220 CV) optimum charge.

La firma Renault ha puesto muchas esperanzas en este nuevo coche que muy pronto ya se podrá ver en nuestras calles.