El Xiaomi SU7 ha sacudido el mercado del coche eléctrico chino por su equilibrio entre precio, prestaciones y tecnología. Detrás de la expectación que ha levantado –no sólo entre compradores particulares, sino hasta en ejecutivos de fabricantes rivales– hay un detalle que, pese a lo pintoresco, resume bien la filosofía práctica de la marca: su famoso “modo pesca”. No se trata de un chiste de marketing; es un ingenioso recurso que convierte el maletero delantero en una improvisada nevera estanca pensada, entre otras cosas, para transportar la captura del día sin impregnar de olor a pescado el resto del habitáculo.
Un frunk que hace las veces de nevera portátil
En los coches eléctricos, el motor deja libre la zona que en los térmicos ocupa el bloque propulsor, y muchas marcas la aprovechan para añadir un segundo maletero, el llamado frunk. En el SU7, este espacio no es testimonial: con 105 litros de capacidad se sitúa entre los más grandes de su clase (supera, por ejemplo, los 88l del Tesla Model 3 y se acerca a los 117l del Model Y, que presume de carrocería SUV). Pero la clave no es sólo el volumen, sino la manera en que Xiaomi ha decidido sacarle partido.
Todo el receptáculo está recubierto de plástico duro y sellado con juntas de goma, de modo que es completamente estanco. Para rematar la jugada, incluye dos orificios de drenaje ocultos bajo sendos tapones. Esta simple solución multiplica las posibilidades: el propietario puede llenar el frunk de hielo ─o incluso de agua─, colocar los peces recién pescados y, al llegar a casa, vaciarlo en segundos quitando los tapones. Después basta una manguera y un poco de jabón para dejar la superficie como nueva, sin riesgo de que la humedad invada componentes sensibles del coche.
¿Por qué interesa a pescadores y a urbanitas?
Aunque Lei Jun, fundador y cara visible de la firma, puso el ejemplo piscícola durante la presentación, lo cierto es que el invento va más allá del deporte con caña. Quien haya tenido que llevar alimentos con olor fuerte a un picnic, transportar plantas en maceta o hacer la compra de congelados en pleno agosto sabe lo difícil que es mantener el habitáculo fresco y libre de aromas persistentes. Gracias al “modo pesca”, el SU7 ofrece una cámara aislada que mantiene temperatura y olores a raya sin ocupar el maletero principal.
Además, al ser un espacio front-end, la carga y descarga resultan cómodas: el borde del frunk está más alto que el de un baúl convencional, por lo que no obliga a agacharse tanto. En carretera, el peso añadido en la parte delantera incluso contribuye a equilibrar las masas sobre los dos ejes, algo beneficioso para la dinámica en un coche cuyas baterías ya lastran la zaga.
Viral en redes
Las posibilidades del sistema saltaron de los folletos a la realidad cuando un propietario chino subió a la plataforma Bilibili un vídeo en el que se le veía llenar el compartimento de agua y alojar siete carpas enormes que aún chapoteaban. Las imágenes, que superaron en unos días el millón de visualizaciones, mostraban cómo el agua se mantenía sin fugas y cómo, al término de la prueba, bastaba con quitar los tapones para vaciar el frunk como si fuera un barreño. El experimento convenció a los curiosos que se acercaban a comprobar, linterna en mano, si existían filtraciones bajo la carrocería. No encontraron ni una gota.
Prestaciones que apuntalan el éxito comercial
Aunque el detalle resulte anecdótico, encaja en un producto que parece concebido para el uso real. Lanzado al mercado chino en abril de 2024, el SU7 alcanzó las 100 000 unidades entregadas en poco más de siete meses, un hito en un país donde la competencia en vehículo eléctrico es feroz. Su receta mezcla un precio de arranque equivalente a 27 700 euros, un motor de 299 CV y baterías CATL capaces de recorrer oficialmente 700 km con una sola carga. A eso se suma un software de conectividad que integra el ecosistema doméstico de Xiaomi. En otras palabras, el coche entiende al usuario que ya vive rodeado de móviles, televisores y patinetes de la marca.
Eficiencia y comodidad en el día a día
Desde un punto de vista práctico, usar el frunk como nevera improvisada también ayuda a la eficiencia: evita encender el aire acondicionado para contrarrestar olores o descomposición, lo que podría mermar la autonomía. Después de vaciar la cavidad, los plásticos se pueden secar con un simple trapo y, gracias a las juntas de goma, no quedan charcos ocultos que a la larga generen moho.
Otra ventaja que subrayan algunos usuarios es la seguridad alimentaria. Mantener los peces (o cualquier producto fresco) sumergidos en agua o rodeados de hielo retarda la proliferación bacteriana, crucial si el viaje de regreso se prolonga varias horas. Esa función refrigerante, combinada con los 105 litros de espacio, supera la capacidad de la mayoría de neveras portátiles del mercado, sin necesidad de cargar con recipientes adicionales.
¿Más que un truco llamativo?
El “modo pesca” simboliza la estrategia de Xiaomi de estudiar minuciosamente los hábitos de sus clientes potenciales y ofrecer respuestas simples a problemas cotidianos. No es la primera vez que la industria intenta algo parecido: algunos pick-ups han incorporado tomas de corriente externas para alimentar máquinas de camping, y ciertos modelos familiares incluyen compartimentos refrigerados para bebidas. Sin embargo, pocas propuestas resultan tan versátiles y fáciles de limpiar como la del SU7.
Para muchos conductores, la anécdota de la pesca basta para ilustrar la atención al detalle que ha enamorado a propietarios y ha despertado la curiosidad de competidores históricos como Ford. Otros quizá nunca coloquen un salmonete dentro del frunk, pero agradecen saber que caben bolsas de hielo, flores recién cortadas o botas embarradas sin poner en jaque la tapicería.
Una mirada al futuro inmediato
Xiaomi no ha confirmado planes de exportar el SU7 a Europa, pero el interés que ha suscitado su funcionalidad podría influir en el diseño de futuros lanzamientos globales. Si la marca decide dar el salto, llegará con un argumento de venta poco habitual: un maletero delantero que funciona como nevera sin necesidad de compresor ni enchufe. Puede parecer un detalle menor frente a la autonomía, la potencia o la carga ultrarrápida, pero en un mercado saturado de cifras similares, esas pequeñas innovaciones pragmáticas pueden marcar la diferencia.
En definitiva, el “modo pesca” es mucho más que un reclamo publicitario. Es la versión automovilística de aquello que los diseñadores llaman user-centric design, la prueba de que conocer al usuario y sus necesidades de verdad─por extravagantes que parezcan─puede traducirse en soluciones ingeniosas, limpias y, sobre todo, útiles. Para algunos será el motivo perfecto para presumir en la próxima excursión; para otros, tan sólo una tranquilidad olfativa. Lo importante es que, con 105 litros de frunk estanco y dos tapones de drenaje, Xiaomi les ha dado la libertad de usarlo como quieran, ya sea como baúl, barreño o piscifactoría portátil.